Las familias o personas que presenten cualquier dependencia que puedan ser susceptibles de mejora con una adecuada atención en el domicilio
Las personas mayores que presenten dependencia, que no tengan a nadie que les atienda suficientemente y que, con esta ayuda, puedan continuar viviendo en su hogar
Las personas con discapacidad o incapacitadas a las que la ayuda en el hogar pueda favorecer su autonomía personal y calidad de vida
Las personas afectadas por una lesión, enfermedad física o mental o por otros motivos que les hagan precisar la ayuda
Los menores a los que haya que cuidar o atender por ausencia de los padres o tutores, o cuando éstos, por circunstancias provisionales de enfermedad u otros motivos suficientemente justificados, no puedan ejercer sus funciones parentales, siempre que tales circunstancias no supongan situación de desamparo o requieran la asunción de la guarda por parte de la Dirección General de Protección del Menor y la Familia
En general, cuando exista una situación de desatención social o familiar, evaluada técnicamente, que justifique la intervención del servicio
La solicitada por la Trabajadora Social una vez realiza la evaluación domiciliaria:
Copia del NIF
Copia de la Tarjeta Sanitaria
Copia del informe médico actualizado
Copia del Plan de Administración de Medicación
Carta de confidencial firmada por la persona usuaria o su representante legal
Contrato de prestación de servicios firmado por la persona usuaria o su representante legal
- Servicios relacionados con la atención personal en la realización de las actividades de la vida diaria
- Servicios relacionados con la atención doméstica del hogar: limpieza, cocinado, lavado, otros