La Playa de las Teresitas cumple medio siglo

Hasta hace 50 años la zona costera de San Andrés, situada a 7 kilómetros de Santa Cruz de Tenerife, estaba constituida por tres playas de arena negra volcánica, denominadas Tras la Arena, Los Moros y Las Teresas.

En este Valle se encontraba el pueblo de San Andrés y una decena de fincas donde se cultivaban plátanos, tomates, aguacates y mangos, así como una batería militar, construida en 1940 y desartillada a finales del s.XX.

La playa Tras la Arena, situada delante del casco, llegaba hasta el Cementerio construido en 1893 para acoger a los cuarenta fallecidos en la epidemia de cólera. Era una pequeña playa de arena negra en la que se bañaban los vecinos y solían reunirse al atardecer.

La playa de Los Moros se encontraba después de pasar el Castillo, construido en 1706 y destruido por la avenida del barranco en 1894. Para llegar a ella había que caminar por una pista de tierra, paralela al cementerio, y luego sortear el trecho de callados existentes hasta llegar a pisar la arena. El sacrificio valía la pena.

A continuación, estaba la playa Las Teresas, nombre recibido por el barranco que allí desembocaba. A ella se accedía por una vereda de tierra que comenzaba en el camino de Igueste. Esta playa presentaba en invierno una magnifica alfombra de fina arena negra, mientras que en el verano abundaban los callados depositados por la pleamar. Era muy peligrosa, debido a las corrientes marinas existentes en la zona, llegando a fallecer ahogadas varias personas.

Al principio de la citada playa existía una vivienda de dos plantas, construida al borde del mar, donde en septiembre de 1960 pasaron su luna de miel la Princesa Diana de Orleáns, de 20 años de edad, hija de los Condes de París, y el Duque Carlos, de 24 años de edad, hijo de Felipe Alberto, Duque de Wurtemberg, quién la había mandado construir para pasar largas temporadas con su esposa María Teresa, Archiduquesa de Austria.

De este vestigio solo nos quedan dos laureles de Indias que dan sombra al aparcamiento situado entre los accesos a la playa números 7 y 8, y un trozo del parapeto que defendía la construcción del oleaje de las mareas altas. También quedan restos de los muros que la sustentaban y protegían de las correntias de la montaña.

Las Teresitas

En esta costa de San Andrés, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife se planteó construir un gran centro turístico en 1953, el cual sería aprobado por el Ministerio de la Vivienda en 1961, según el proyecto de los ingenieros Pompeyo Alonso y Miguel Pintor.

Las obras de la Playa de Las Teresitas comenzarían en 1967, después de haberse constituido la Junta de Compensación, formada por los propietarios de las fincas afectadas por la construcción de la playa y sus accesos.

Para formar la nueva playa se trajeron cinco millones de sacos de arena del Sahara (141.643 metros cúbicos), para lo que el Ayuntamiento solicitó un crédito de 50 millones de pesetas (300.000 €).

Para evitar su arrastre a las profundidades marinas hubo que construir un escalón de corte en la mar, aunque 30 años después habría que sustituir parte de la arena, con 2.800 toneladas traídas del Sahara.

 Al principio, las personas tenían miedo de pisar la arena ya que “las malas lenguas” hicieron correr el rumor que en ella habían venido escorpiones, alacranes, cigarrones y hormigas rojas.

La playa, de 1.300 metros de largo y 80 metros de ancho, inaugurada el 15 de junio de 1973, estaba dotada de aparcamiento, aseos, duchas, kioscos, restaurantes, hamacas, zonas deportivas e infantiles.  

Para protegerla del oleaje se construyó un rompeolas de un kilómetro de largo, formado por rocas de grandes dimensiones. Dicho rompeolas estaba limitado por dos espigones laterales que parten de la Punta de Los Órganos y de la Cofradía de pescadores de San Andres, ambos con bocanas en sus extremos.

En la actualidad, Las Teresitas luce una magnifica vegetación, pues en su arena han logrado adaptarse tarajales, palmeras datileras, palmeras de California, cocoteros y otras especies exóticas, mientras que en el aparcamiento existen gran cantidad de flamboyanes y palmeras canarias que le dan sombra a los automóviles. También, sus instalaciones se han modernizado con la instalación de nuevos kioscos, camas balinesas, hamacas, etc.

A ella acuden diariamente gran cantidad de ciudadanos, con el fin de practicar la natación, el atletismo, etc. Entre ellos, muchos jubilados y señoras que caminan en grupo o en solitario.

En estos 50 años, el desarrollo de la playa se ha visto frenado por innumerables frentes judiciales y administrativos, como el Caso Teresitas que impidió los planes de urbanización del frente de playa.

Esperamos que con la modificación del PGO, en los que está trabajando Gestur, pueda por fin llevarse a cabo el Plan Especial de la Playa de Las Teresitas. 

 

Por José Manuel Ledesma Alonso

Cronista Oficial de Santa Cruz de Tenerife