El correillo La Palma, botado el 12 de abril de 1912 en los astilleros W. Harkess & Son Ltd. en Middlesbrough (Inglaterra), para la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios, filial de la inglesa Elder & Dempster Ltd, llegaría al puerto de Santa Cruz de Tenerife, el 14 de mayo de 1912, con el fin de comunicar las islas con periodicidad, transportando pasajeros, mercancías y la correspondencia. Venía con el puente abierto, la chimenea de color mostaza y el casco pintado de negro.
Este barco mixto (pasaje-carga) de 67,10 m de eslora, 9,14 m de manga, 5,97 m de puntal y 3,68 m de calado, desplazaba 894 toneladas de registro bruto y era impulsado por una máquina alternativa de vapor de triple expansión que le producía una potencia de 700 HP y una velocidad de 11 nudos.
Fue fabricado con los mejores avances tecnológicos del momento: seguridad, confort, autonomía, velocidad, elegante línea, estabilidad, casco de acero remachado, dos cubiertas y una hélice.
Podía llevar hasta 196 pasajeros en primera, segunda y tercera clase, y su dotación la componía medio centenar de tripulantes.
De su larga vida marinera destacaremos que al principio fue fletado a armadores peninsulares, cubriendo las rutas interinsulares junto a sus gemelos León y Castillo y Viera y Clavijo; en 1930 pasó a pertenecer a la Compañía Trasmediterránea, continuando con sus trayectos entre las Islas Canarias; en 1936 fue clasificado como transporte de guerra, transportando tropas regulares desde Vigo a Santa Cruz de Mar Pequeña (Ifni). Concluida la guerra civil, volvería de nuevo a cubrir las rutas interinsulares. Durante la Segunda Guerra Mundial sus costados se pintaron con los distintivos de neutralidad.
Sometido a obras de gran carena, en 1951, se le sustituyó el sistema de combustible por quemadores de petróleo, evitando de esta manera las penosas faenas del carboneo; se mejoraron las habitaciones, instalando duchas y baños en algunos camarotes, ya que en origen sólo disponía de unos armarios con palanganas y jarras para agua (aguamanil).
El último superviviente de la navegación a vapor en las Islas Canarias sería retirado del servicio interinsular el 17 de marzo de 1976, después de haber sufrido en Arrecife (Lanzarote) una grave avería en una de sus calderas.
En 1977, el vapor La Palma sería adquirido en subasta pública por Jürgen Flick, por 1.500.000 pesetas (9.015 Euros). Como no le fue concedida la licencia para convertirlo en casino-restaurante flotante, en 1985 se lo ofreció gratuitamente al Ayuntamiento de Las Palmas, recibiendo el silencio administrativo como respuesta; motivo por el cual se lo comunicó al Cabildo de Tenerife, quien en acuerdo plenario (01-02-1986) aceptó hacerse cargo del Correíllo, para transformarlo en Museo de la Navegación de Canarias.
El vapor La Palma llegaría al puerto de Santa Cruz de Tenerife el 13 de marzo de 1986, en medio de una emotiva expectación, quedando varado en los Astilleros de NUVASA para realizarle obras de restauración, trabajos que pronto quedaron suspendidos.
Con objeto de salvar el buque, la Asociación Canaria de Capitanes de la Marina Mercante fundaría en 1996 la comisión Correíllo La Palma. Su primera actuación fue traer el equipo de restauradores The Marítime Trust, quienes informaron que “el buque se encontraba en perfecto estado para su restauración”.
Con el fin de concienciar a las autoridades insulares de que el vapor podría convertirse en un museo itinerante de la navegación canaria y en un centro de información y consulta, en diciembre de 1997 se constituyó la Asociación Pro-Restauración y Conservación del Correíllo La Palma.
Para dirigir el proyecto de restauración y la posterior gestión y explotación del barco, el 19 de septiembre de 2003, se constituyó La Fundación Canaria Correíllo La Palma, formada por el Cabildo de Tenerife -propietario del buque-, la Asociación Pro-Restauración y Conservación del Correíllo La Palma y el Cabildo Insular de El Hierro, cuyos objetivos eran dar a conocer a la sociedad el proyecto de restauración y divulgar su importancia como Patrimonio Cultural Marítimo de Canarias, dado su valor histórico, científico y sentimental.
Su primera actuación, en noviembre de 2004, fue acometer los trabajos para convertirlo en un Museo en el que se divulgara la Cultura y la Historia de la Navegación en Canarias
La restauración y remodelación, asignada a la empresa L.R.L. Ingeniería y Consultoría Naval, debería mantener la estética de las construcciones navales de principios del siglo XX, de manera que el barco pueda navegar con los niveles exigidos por las autoridades marítimas.
La Fundación Correillo La Palma, además de recibir el reconocimiento popular por el esfuerzo que están realizando en mantener el barco a flote, ha sido premiada por la Fundación Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP), en la categoría de Recuperación del Patrimonio Industrial.
Una vez restaurado, el Vapor formará parte del futuro Museo Marítimo que se pretende construir en el Muelle Norte del Puerto de Santa Cruz de Tenerife.