El escenógrafo italiano Antonio Nigro expone ‘Minima animalia’ en la sala Los Lavaderos

La muestra la integran 30 cuadros y cinco bajorrelieves en clave metafórica y alegórica sobre el vínculo de atracción y repulsión con los insectos

La sala de arte Los Lavaderos acoge, desde las 19:30 horas de este miércoles y hasta el próximo 23 de junio, una exposición del artista y escenógrafo italiano Antonio Nigro (Rogani), que lleva por título ‘Minima animalia’. La muestra será inaugurada por el tercer teniente de alcalde y concejal de Cultura, José Carlos Acha.

‘Minima animalia’ la conforman una treintena de cuadros, tanto en pequeño como en medio formato, realizados en gouache sobre polvo de manera comprimido (DM), y cinco bajorrelieves en yeso, tras la elaboración a partir del barro y un molde.

Rogani enfoca su interés artístico en la elección de un detalle, bien sea una flor, una parte del cuerpo, un insecto o un objeto, ya que esto le permite presentar elementos que adquieren inmediatamente connotaciones desconocidas e inexploradas.

‘Mínima animalia’ es un proyecto itinerante que presentó por primera vez en la Casa de la Cultura de Los Realejos y que repitió, en parte, en la exposición titulada ‘3/4’, que representaba un resumen de sus cuatro años en Tenerife.

La muestra es una reflexión que se desarrolla en clave metafórica y alegórica sobre el vínculo de atracción y repulsión, referencias y similitudes entre el complejo y desconocido universo de los insectos y la controvertida existencia humana. En todo lo que de bueno y de malo, de elevado e ínfimo ellos evocan, donde la humanidad parece reflejarse con honor y vergüenza.

El artista se pregunta por qué es tan negativa la imagen que tenemos de los insectos cuando, en muchos casos, forman organizaciones sociales, poseen un fuerte instinto de supervivencia, tienen una completa dedicación al trabajo, se caracterizan por la perfección y habilidad en el movimiento y en el vuelo y tienen capacidad de simulación y de mutación. Estas son solo algunas de las características que poseen estas criaturas, capaces además, con rigurosa sencillez, de regenerar la tierra continuamente. Malestar, miedo, repugnancia: tan perfectos y fascinantes como repelentes y peligrosos.

En opinión del artista “su culpa no es otra que sobrepasar los territorios delimitados, los lugares que el hombre construye para que sean infranqueables si no se tiene el permiso debido. Pero estos seres entran, cogen lo que quieren, se multiplican, lo infectan todo”.

Rogani se pregunta si “¿no es esta la terrible idea que alimenta la llama de la intolerancia y del racismo, del que hoy todavía somos tristemente testigos, que empuja a unos a marginar a otros, diferentes por cultura, religión, modo de vida o cualquier otra cosa?”

De esta forma, liberando a los insectos de metáforas como estas, y de otras gastadas y deprimentes, todo lo que de bueno y de malo, de elevado y de ínfimo ellos evocan, remite alegóricamente a la esencia de la existencia humana, en la cual el hombre mismo se refleja con honor y vergüenza.

Rogani, Antonio Nigro, nació en Apulia (Italia) y se graduó en escenografía en la Academia de Bellas Artes de Florencia en 1987. En sus 30 años de actividades artísticas y creativas en el teatro, especialmente como escultor, creó muchas obras en el campo de la ópera lírica, teatro dramático, musical y conciertos. También trabajó en el mundo de la moda y el cine, siempre creando decorados y esculturas de escenas.

Ha colaborado en la realización de importantes producciones teatrales en Italia y en el extranjero, dirigidas por grandes maestros; por citar sólo algunos: Bob Wilson, Luca Ronconi, Franco Zeffirelli, Lina Wertmüller, Mario Missiroli, Roberto de Simone, Yannis Kokkos, Hugo de Ana y Gabriele Lavia, entre otros.

Con frecuencia ha intervenido en el campo del musical, colaborando en la puesta en escena de obras dirigidas por Kamel Ouali, Mark Fisher y Pascal Obispo y Saverio Marconi, entre otros, creando esculturas para giras de prestigiososo cantantes franceses como Johnny Hallyday y Mylene Farmer.

Desde hace aproximadamente cuatro años vive con su familia en Tenerife, donde volvió a retomar la actividad pictórica que había dejado a un lado para dedicarse exclusivamente a la escena, emprendiendo en este tiempo varios proyectos tales como ‘Dieci’, ‘Rigole’, ‘Fiorile’, ‘Manojo’ y por último ‘Mínima animalia’.