La Cubana escenificará su nuevo espectáculo, ‘Adiós Arturo’, en el Teatro Guimerá

La compañía teatral interpretará, del 26 de abril al 5 de mayo, una comedia divertida y surrealista

El Teatro Guimerá acogerá, desde este viernes y hasta el próximo 5 de mayo, un total de once funciones del nuevo espectáculo de la compañía La Cubana, titulado ‘Adiós Arturo’. Esta nueva puesta en escena es una comedia con toques surrealistas al más puro estilo del grupo teatral catalán, en la que el público también tendrá un papel protagonista.

La compañía al completo, integrada por diez actores, presentó esta mañana su show en una inusual rueda de prensa celebrada en la Plaza del Príncipe, donde interpretaron dos de los números musicales de la obra. El director de la compañía, Jordi Milán, y el tercer teniente de alcalde y concejal de Cultura del Ayuntamiento capitalino, José Carlos Acha, comparecieron ante los medios informativos para informar de las próximas representaciones.

El edil se congratuló por su presencia en Santa Cruz y recordó que, después de 14 años sin venir a Tenerife, La Cubana regresa nuevamente al Teatro Guimerá. Milán, por su parte, manifestó que más de 150.000 espectadores ya han disfrutado del espectáculo ‘Adiós Arturo’ en las aproximadamente 250 funciones que han realizado en una gira por numerosas ciudades del país.

Las entradas para las representaciones, al precio de 40, 38 y 30 euros, se pueden adquirir en la taquilla del Teatro Guimerá de martes a viernes, de 11:00 a 13:00 y de 18:00 a 20:00 horas. También se pueden comprar por teléfono llamando al 922 609 450 o a través de la página web www.teatroguimera.es. Las personas con carné del Guimerá, jóvenes de entre 13 y 16 años, mayores de 65, familias numerosas y personas con discapacidad a partir del 33 por ciento también pueden beneficiarse de diferentes tipos de descuentos.

‘Adiós Arturo’ se centra en el teatro que se hace en nuestras vidas cotidianas; el teatro que hay en la calle, en los mercados, en nuestros trabajos, en la familia, con nuestras amistades y también socialmente, ese en el que desplegamos nuestras dotes interpretativas en toda clase de actos, ‘paripés’, fiestas, bodas, bautizos, comuniones y entierros.

En esta ocasión, La Cubana aborda un tema que, aun siendo triste y luctuoso, puede llegar a ser muy divertido: el mundo de los entierros, lutos y funerales. Antes de poner manos a la obra encontraron una fórmula que distanciara al espectador de cualquier recuerdo personal relacionado con el tema. Partiendo de esta premisa, elaboraron una historia que cuenta, de una manera loca y divertida, la parafernalia que se crea a partir de la defunción de un personaje público muy conocido y la preparación de su funeral. El público conocerá, a través de los familiares del finado, cuáles eran sus últimos deseos.

A partir de la muerte, a los 101 años de edad, del polifacético artista internacional Arturo Cirera Mompou, nacido en Tenerife en 1918, el público conocerá el verdadero guión de la vida de este escritor, pintor, escultor, coleccionista de arte, poeta, compositor musical, dramaturgo, actor y director tinerfeño.

Soltero, ateo de convicción y de claras ideas liberales, Arturo era una persona poco convencional que ha vivido intensamente todas las facetas de su vida, apartándose de los patrones de conducta estipuladas socialmente, viviendo a su aire y haciendo en todo momento lo que le ha dado la gana. No solo ha dejado un importante legado a nivel artístico, sino que ha conseguido amasar una importante fortuna que ha dedicado a la creación de distintas asociaciones culturales y a la fundación que lleva su nombre para dar acogida a los jóvenes talentos artísticos del país.

No ha tenido descendencia y su única familia es Ernesto, el loro con quien ha convivido los últimos 40 años, y un ejército de sobrinos de distintas generaciones que siempre han vivido a su amparo y a los que ha encargado la preparación de una especial ceremonia de despedida a la que asistirán personalidades de todo el mundo. Después de haber tenido que asistir a gran cantidad de ellos, llegó a la conclusión de que no quería para él lo que veía que les hacían a los otros.

Si en vida no le gustaban los halagos, aún menos le gustaría que se los hicieran una vez muerto. Es por eso que, al cumplir 70 años, decidió redactar sus últimas voluntades con el propósito de, llegado el momento, saltarse el guión estipulado. Siendo coherente con su filosofía de vida de que las cosas buenas siempre tienen que terminar allí donde empezaron, ha querido que este acto especial de despedida fuera en el Tenerife que lo vio nacer y que, en lugar de un espacio religioso, se celebrara en el Teatro Guimerá por el que sentía un cariño especial. La familia no sabe cómo organizar este raro diseño de ‘fiesta-funeral’ ideado por su tío.

Después del rechazo de distintas funerarias para realizarlo, deciden encargárselo a La Cubana. La obra es una loca comedia, un canto a la vida y de cómo vivirla intensamente, con los elementos que caracterizan al grupo, que incluye mucho humor, sorpresas y música.