Llegada del primer barco de vapor a Santa Cruz

El hecho acaeció en el año 1837, protagonizado por el 'Atalanta', procedente de Londres y con destino a Bombay

El Atalanta fue el primer barco de vapor de doble rueda y 8 nudos de velocidad que, procedente de Londres y con destino Bombay, con 100 pasajeros a bordo, rellenó carboneras e hizo la aguada en Santa Cruz de Tenerife, el 7 de enero de 1837.

Santa Cruz había sido declarado Puerto de Depósito de Carbón, el 11 de noviembre de 1836; como la Real Orden establecía que el suministro se efectuara sin gastos arancelarios, a partir de este momento, la rada santacrucera se convirtió en una de las mayores estaciones de carboneo del mundo, abastecida desde Gran Bretaña.

Las faenas de descarga del carbón -carboneo a la burra- se llevaba a cabo en el fondeadero. La operación se efectuaba con rapidez y eficacia, incluso de noche. Los trabajadores de la "carga negra" trasladaban el "Tyne", "Clyde" o el preferido "Cardyff" desde las bodegas de los vapores carboneros de bandera británica (colliers) hasta las gabarras abarloadas a babor y estribor, dejándolo resbalar a través de planchas de madera; una vez rellenas, lo trasladaban hasta los muelles de las empresas importadoras, donde las vagonetas, tiradas por mulas, se encargaban de llevarlo hasta el interior de los almacenes.

Cuando un barco (liners) venía a suministrarse de carbón lo solicitaba por medio de pitadas largas, correspondiendo cada pitada a cien toneladas. A partir de ese momento, las vagonetas comenzaban a sacar el mineral de los almacenes para llevarlo hasta las gabarras, que se encargaban de trasladarlo hasta la banda de los trasatlánticos para que los paleros y fogoneros procedieran a rellenar carboneras. Mientras se realizaba esta labor, los botes y la cubierta del barco se cubrían con lonas para evitar que la nube del negro polvillo lo ensuciara.

Con la declaración de Puertos Francos (1852), el muelle tinerfeño pasaría a ser una estación de carboneo de primer orden mundial, hasta la progresiva desaparición de los buques de vapor.

En la playa de San Antonio (actual muelle de Ribera), comenzaron a instalarse las primeras empresas carboneras para el suministro a  buques. Estas fueron: Bruce, Hamilton, Davidson y Le-Brun (1852); Virgilio Ghirlanda (1852); Juan Cumella (1857); Hermanos Cory (1862); G. Davidson (1868); Juan Croft (1891); Inocencio Fernández del Castillo (1891); etc.

La primera empresa que se traslada (1876) a la margen izquierda del barranco de Valleseco fue Tenerife Coaling Company Ltda. Hamilton, constituida por los Sres. Bruce, Hamilton, Guillermo Davidson y Le-Brun, formando una industria modelo para la época, pues trajeron de Londres 12 gabarras, vagonetas, básculas, etc. y construyeron un muelle y almacenes con capacidad para 5.000 toneladas. Entre 1903 y 1910, llegaron a suministrar el 50 % del carbón en este Puerto.

Los almacenes carboneros de Elder Dempster fueron construidos, a principios del siglo XX,  en la  desembocadura del barranco de Tahodio, muy cerca del muelle Norte, desde donde abastecían las numerosas embarcaciones de su naviera.

Cory Brothers and Company Ltd, la mayor compañía importadora de carbón de Cardiff (Gales-Reino Unido), que había estado asociada con Hamilton and Co., desde 1884 a 1909, también se trasladó a Valleseco, debido a que el muelle y almacén que utilizaban, situado donde hoy se levanta el edificio Mapfre, fue derruido para ampliar la calle Imeldo Serís, hasta su enlace con la avenida Marítima.

En Valleseco construyeron muelles, varadero y almacenes, siendo declarados por el Estado, en 1934, industria de utilidad pública, al estar emplazada en la mejor zona de fondeo de los buques de tránsito, lo que facilitaba las operaciones de importación-exportación del combustible (carbón).

Este conjunto industrial constituyen en la actualidad el único tramo de fachada marítima que conserva la estampa y los elementos representativos de una de las etapas más trascendentales de la Historia mercantil y portuaria de Santa Cruz de Tenerife. Dicho conjunto tiene incoado, desde 1990, el expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Sitio Histórico.

José Manuel Ledesma Ramos, cronista oficial de Santa Cruz de Tenerife