La ciudad es siempre el resultado de una suma. Una adición de factores, acciones y emociones que permiten que la vida discurra por ella y que determinan, al cabo, la realidad que pisan sus vecinos. En su diseño y en su gestión no hay valores absolutos, más allá del debido respeto al prójimo para garantizar una convivencia sana. Por tanto, no hay pequeñas y grandes obras; no hay pequeños y grandes problemas.

Una obra de modesta dimensión, como un rebaje de aceras, puede ser la solución al mayor problema para una persona con movilidad reducida. O una gran infraestructura puede quedar empequeñecida a los ojos del vecino que sufre la inundación de su calle cuando llueve.

El reto para quienes desempeñamos responsabilidades públicas, especialmente en el ámbito municipal –el más cercano y directo al ciudadano– consiste en gestionar los recursos adecuadamente para garantizar el equilibro de la acción pública; dicho de otro modo, debemos trabajar para cohesionar económica, social y culturalmente el territorio que compartimos.

Esa cohesión sólo será posible con una agenda política que atienda de manera proporcionada las necesidades individuales, por un lado, y los desafíos colectivos, por otro.

En el Ayuntamiento de Santa Cruz estamos desarrollando esa idea. Por poner un ejemplo,  tenemos en marcha la primera fase del nuevo Plan de Barrios, que ha consistido en la apertura de un proceso de participación abierta a todos los vecinos y entidades ciudadanas, al que se han sumado 29.324 participantes, que han dejado constancia de unas 18.000 propuestas para la mejora de su entorno más próximo.

Una vez analizado el enorme volumen de información y detectada aquellas sugerencias más recurrentes de los ciudadanos se incorporarán a los diferentes proyectos de obras que ejecutaremos.

Esa acción, que se suma a otras que no se ven, pero que se echan de menos en momentos puntuales, como las obras de canalización de aguas pluviales para evitar los riesgos de avenida, se combina con la planificación de proyectos de alcance estratégico llamados a cambiar la fisonomía de la ciudad.

Esta próxima semana firmaremos el convenio con el Cabildo de Tenerife para iniciar la nueva fase del proyecto de enlace Puerto-Ciudad, un trabajo presupuestado en cinco millones de euros y que permitirá la urbanización de una amplia superficie en el entorno de conexión entre la plaza de España y el muelle.

De la misma manera, la Autoridad Portuaria ha anunciado el encargo del proyecto para la reordenación del litoral a la altura de Valleseco, lo que supone el inicio de facto del proyecto para la construcción de la nueva playa y zonas de baño de este entrañable barrio chicharrero.

Buenas noticias que se suman a la aprobación del informe medioambiental para la ampliación de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Buenos Aires, imprescindible para que el Estado ejecute una obra vital desde el punto de vista del medio ambiente para toda la zona metropolitana. Una ampliación que, junto a la terminación de las obras en la estación de bombeo de Cabo-Llanos acabará con los vertidos residuales.

Todas estas actuaciones, como otras en las que estamos trabajando para darles salida a la mayor brevedad, contribuirán a la construcción de una ciudad más habitable, más acogedora, más equilibrada, justa y solidaria. En una palabra, cohesionada.

José Manuel Bermúdez Esparza, Alcalde de Santa Cruz de Tenerife