Tres nuevas placas de bronce recuerdan a obras literarias que mencionan a Santa Cruz

Los textos seleccionados en esta ocasión pertenecen a los autores Benito Pérez Galdós, Blasco Ibáñez e Ignacio Aldecoa

Santa Cruz ha instalado, de manera permanente, tres nuevas placas de bronce envejecidas que reproducen fragmentos de textos literarios de reconocidos autores. En ellos, los escritores describen algunos espacios concretos de la capital. En la colocación de la situada en la rambla de Santa Cruz estuvieron presentes el quinto teniente de alcalde y concejal de Cultura, José Carlos Acha; y el escritor y periodista encargado de la selección de los textos, Eduardo García Rojas.

La iniciativa se enmarca dentro del proyecto ‘Santa Cruz, ciudad leída’, cuyas acciones se dividen en soportes temporales, realizados en pvc, y soportes permanentes, como las tres placas que se han instalado esta semana. Acha manifestó que esta iniciativa “persigue fomentar el hábito de la lectura, animando a los transeúntes a no conformarse con los breves fragmentos que se encuentran en la calle. En ellos, se resaltan rincones de nuestra capital que, por algún motivo, llamaron la atención de escritores de reconocido prestigio para que figurasen en sus libros”.

Las placas de bronce tienen unas dimensiones de 75 centímetros de largo por 50 de alto, mientras que su grosor es de 1 centímetro. El texto de Benito Pérez Galdós puede leerse en la plaza de la Candelaria; mientras que la rambla de Santa Cruz acoge, en el tramo donde se encuentran los colegios Pureza de María e Hispano Inglés, el de Blasco Ibáñez. En la plaza de España, por último, puede ya encontrarse también el de Ignacio Aldecoa.

Los fragmentos seleccionados son:

• ‘Nueve horas en Santa Cruz de Tenerife’, de Benito Pérez Galdós. Publicado por la Caja General de Ahorros de Canarias en 1986. “Pues señores, yo voy al Casino, y de allí a paseo, y luego a la lancha. Con que hasta la vista. Y nos precipitamos por una escalera. El uno se fue a visitas, el otro a sus baratijas, aquel a sus amigos, y yo con dos o tres nos dirigimos al Casino. Atravesamos la plaza, doblamos una esquina y nos hallamos en la calle de La Marina”.

• ‘Los Argonautas’, de Vicente Blasco Ibáñez. Editado por Plaza y Janés en 1978. “Más arriba de la ciudad, en una arruga de la montaña, ondeaba la bandera de un castillo moderno: un hotel elegante al que venían a respirar los tísicos septentrionales. Entre el muelle y el trasatlántico, un anchuroso espacio de bahía con gabarras chatas para el transporte de carbón abandonadas sobre su amarre y cabeceando en la soledad; vapores de diversas banderas”.

• ‘Cuaderno del godo’, de Ignacio Aldecoa. Ediciones Idea 2003 (Colecciones Visiones desde fuera). “En Santa Cruz hay tejados, y edificios nuevos, y edificios viejos, y cuestas, y estrechas calles, y calles anchas y rinconadas. Y mar. Santa Cruz está más cerca de la Península que la Península de Santa Cruz. Hablando de Santa Cruz hay que hablar de la ciudad hermana y cercana: la ciudad de la cuesta”.