Un patrimonio histórico para disfrutar

Publicado en 'La Opinión de Tenerife', el 25 de junio de 2017

Dentro del catálogo de atractivos de cualquier ciudad se encuentra, en un escalafón muy alto, el patrimonio histórico y arquitectónico, aquel que ha moldeado con el paso de los siglos su esencia y su aspecto físico; aquel que, al mismo tiempo, es producto y consecuencia de la personalidad de la gentes que las habitaron.

Soy plenamente consciente de su importancia, no solo porque forma parte de la memoria colectiva y de un legado que estamos obligados a dejar en las mejores condiciones para las nuevas generaciones, sino porque constituye un recurso muy potente desde el punto de vista turístico y, por tanto, vital para la creación de riqueza y  generación de puestos de trabajo en la ciudad.

Desde esa convicción, mientras algunos se limitan a diagnosticar y buscar culpables, en el Ayuntamiento venimos trabajando en positivo, desde hace tiempo, en un doble objetivo: por un lado, en la promoción, divulgación y difusión de nuestras riquezas patrimoniales –que son muchas– y por otro, en el desarrollo de proyectos concretos de rehabilitación de buena parte de ellos.

Una tarea que, en cualquier caso, excede el ámbito municipal; el patrimonio es un bien común y a todos –ciudadanos y administraciones públicas– nos corresponde su protección y conservación. Pero difícilmente podemos valorar algo si no sabemos qué es o cuál ha sido su importancia. Por eso, en esta materia son tan importantes los aspectos divulgativos y formativos. Solo desde el conocimiento se puede afrontar una política exitosa de preservación de todo el patrimonio.

Una política de difusión que queremos desarrollar a través de un Plan  Estratégico –que se encuentra ahora mismo en elaboración– y que guiará los pasos para una eficaz gestión de todos los recursos patrimoniales del municipio. Un municipio que, por cierto, es el que cuenta con más BIC de Canarias.

Además, el Ayuntamiento se ha adherido a la Red de Centros Históricos de Canarias, de la que ya forman parte el Cabildo de Tenerife, el Gobierno autónomo y otros municipios de las islas, gracias a un convenio firmado con el Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio Histórico (CICOP). También en colaboración con esta entidad, disponemos de una potente herramienta digital de divulgación.

En paralelo a estos trabajos de planificación y de difusión, estamos desarrollando proyectos concretos de rehabilitación. Entre ellos, el del Palacio de Carta, un inmueble singular de nuestro patrimonio arquitectónico, cedido recientemente por el Gobierno de Canarias al Ayuntamiento y en el que pronto comenzarán los trabajos de rehabilitación, sin perjuicio de que ya está siendo utilizado satisfactoriamente en usos relacionados con la cultura y la divulgación de la historia de la ciudad.

De la misma manera, hemos licitado las obras de rehabilitación de la Plaza de los Patos y la redacción del proyecto de restauración del edificio de Ireneo González, y trabajamos en la culminación de los trabajos de reforma del antiguo cementerio de San Rafael y San Roque. A estas actuaciones se suma la próxima rehabilitación del Templo Masónico y  otras de las que estamos esperando por terceras administraciones.

Nuestro catálogo patrimonial es tan amplio y rico –y a veces tan desconocido– que debemos trabajar de manera intensa en esas dos vertientes a las que aludí anteriormente. Un ejemplo de ello lo hemos tenido esta misma semana, con la celebración de un Encuentro donde se ha puesto sobre la mesa el valor de las baterías militares recientes en la ciudad y su potencial como recurso turístico.

Tenemos un rico patrimonio a conservar y a difundir, pero especialmente un patrimonio con el que podemos disfrutar y generar riqueza y empleo. De ese camino, tengan la seguridad, no nos moveremos.

José Manuel Bermúdez Esparza