Cien años de festejos (1893-1983) en la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife

El coso fue inaugurado un 30 de abril, dentro del programa de las Fiestas de Mayo, con una corrida en la que actuaron Luis Mazzantini y El Lagartijillo

La Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife, construida en un descampado de las afueras de la ciudad, en el tramo conocido como Rambla XI de Febrero, actual Rambla de Santa Cruz, fue promovida por La Tinerfeña, una sociedad privada cuyos socios eran amantes de los festejos taurinos; si bien, cuarenta y cinco años antes, ya otros particulares habían intentado su instauración, pero sin éxito. 

Siguiendo el proyecto del arquitecto municipal, Antonio Pintor y Ocete, las obras fueron adjudicadas al contratista Salvador Marichal, por la cantidad de 105.558,07 pesetas, construyéndola en menos de un año; tiempo récord para la época pues su empresa disponía de un centenar de oficiales y peones que montaron en el mismo recinto los talleres de carpintería, cantería y herrería.

Las técnicas constructivas utilizadas fueron novedosas, pues el arquitecto intentó adaptar un estilo historicista a la tendencia neo mudéjar, común en otras plazas de la Península, aunque su resultado sería de mayor sencillez y austeridad; posteriormente, el conjunto perdería parte de su carácter al suprimirle el coronamiento almenado original de su contorno.

Su fachada exterior no es circular, sino que está formada por un polígono regular de treinta y tres lados. Su diámetro total es de 80 metros, de los que cuarenta y ocho corresponden al ruedo, dos al callejón y treinta a los tendidos. Su aforo era de 6.800 espectadores.

En los tendidos se encontraban las gradas de madera, con localidades de sol y de sombra. Rematando a éstas existían 50 palcos, de los que uno de ellos estaba destinado a la presidencia, mientras que los contiguos, a izquierda y derecha, estaban reservados para el Capitán General de Canarias, Gobernador Civil, Alcalde de la Capital e invitados de honor; es decir, ilustres visitantes, Reina de la Primavera, en las Fiestas de Mayo, y Reina y su Corte de Honor en los Carnavales.

Contaba con las siguientes dependencias: una enfermería con acceso directo desde el callejón, dotada de las condiciones óptimas exigidas por el reglamento taurino; corrales amplios y bien divididos, pues en estas dependencias había espacio para bastantes toros, que se utilizaban cuando habían programadas varias corridas; cuadra para los caballos; siete chiqueros; una habitación habilitada para oficina-capilla y una vivienda para el conserje.

El coso se inauguró el 30 de abril de 1893, formando parte del programa de las Fiestas de Mayo de aquel año. En esta corrida actuaron los matadores Luis Mazzantini y Antonio Moreno Lagartijillo, con toros procedentes de la ganadería  de Benjumea. Curiosamente, Luis Mazzantini, uno de los toreros más famosos de entonces, cobró 50.000 pesetas.

En los años 1896 y 1897 no se pudieron celebrar festejos en la Plaza por estar las tropas repatriadas de Cuba, alojadas en barracones instalados en el ruedo.

La Plaza de Toros se incendió en la madrugada del 1 de mayo de 1924,  coincidiendo con el tradicional baile de magos. El fuego destruyó los palcos y las gradas, viéndose también afectados los corrales y los chiqueros. La Guardia Civil se vio obligada a matar a tiros a los ocho toros que en esos momentos estaban en los corrales.

El coso volvería a acoger de nuevo una corrida de toros, tres años más tarde, después de haber llevado a cabo los preceptivos trabajos de remodelación. En esta ocasión actuaron los diestros Pepe Belmonte y Angelillo de Triana, con lleno hasta la bandera.

A lo largo de sus cien años de historia (1893-1983), en esta Plaza han actuado las figuras más importantes del toreo, de a pie y a caballo (Dominguín, Ángel Peralta, El Litri, Curro Romero, Palomo Linares, etc.).

Las corridas se solían celebrar en fechas señaladas, tales  como el 25 de julio, festividad de Santiago, copatrono de esta Ciudad; el 16 de julio, con motivo del día de la Virgen del Carmen, patrona de la gente de la mar, etc. A ellas acudían aficionados de todo el Archipiélago.

El 3 de mayo de 1971 hizo su presentación en la Plaza de Toros de Santa Cruz de Tenerife el matador José Mata, de 34 años de edad, natural de Garafía, La Palma,  cortando una oreja a su primero y dos orejas al segundo. Al finalizar su actuación, la Peña Taurina de Tenerife le ofreció un homenaje. Dos meses más tarde, el 25 de julio, nuestro paisano era herido de muerte en el coso de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real).

El último espectáculo taurino celebrado en esta plaza fue el día de Reyes de 1984. A partir del siguiente año, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, dentro del Plan Especial de Reforma Interior (PERI), la incluyó en el proyecto para transformarla en un coliseo para usos múltiples, con una capacidad para 10.000 personas, destinando la cantidad de 35 millones de pesetas.

En 1985, la Plaza de Toros fue cubierta con toldos, sujetos por una estructura metálica y, al año siguiente, comenzaron a celebrarse los actos del Carnaval: galas de elección de la Reina, dirigida por José Tamayo, los concursos de murgas y rondallas, etc.

Durante muchos años, la Plaza de Toros se utilizó como campo de Lucha Canaria, donde competía el Club de Lucha Santa Cruz. En los encuentros que allí se celebraban, sus gradas se llenaban de aficionados de toda la Isla, teniendo a veces que añadir hasta 3.000 sillas alrededor del terrero.

También, en esta Plaza se celebraron distintos eventos: combates de boxeo; mítines políticos, al inicio de la democracia; cine de verano; conciertos de música; espectáculos circenses; patinaje sobre ruedas; etc.

Actualmente, la instalación está abandonada y presenta un estado deplorable. El futuro urbanístico de la manzana que ocupa el ruedo, en pleno centro de la ciudad, se prevé que tendrá distintos usos (residencial, comercial, aparcamientos), aunque primará el carácter público del mismo, pues se tendrá en cuenta la manera en la que se haga viable el uso del equipamiento recreativo y cultural que históricamente tuvo el recinto.

José Manuel Ledesma Alonso, Cronista Oficial de la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife