El Ayuntamiento de Santa Cruz, a través de la concejalía de Movilidad, dirigida por Evelyn Alonso, continúa con las acciones para el establecimiento de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), cuya finalidad reside en dar cumplimiento a la obligatoriedad que plantea Europa para las ciudades de más de 50.000 habitantes. A lo largo de esta semana comenzarán las pruebas de los niveles de carga y pasaje de las guaguas 100% eléctricas, adquiridas en un lote de 11 unidades, y que se incorporarán al servicio de la línea 920 que tiene una media que ronda los 1.500 pasajeros al día.
El alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, recordó que estos vehículos “se adquirieron con una ayuda de fondos Next Generation cercana a los 2,2 millones de euros, que, sumados a los fondos municipales, unos 3,3 millones de euros, permitieron su compra y ahora nos encontramos en la fase de prueba para ponerlos en servicio desde que los técnicos den el visto bueno”.
Bermúdez puso de manifiesto que “se trata de la hoja de ruta en la que venimos trabajando para potenciar el transporte público en el municipio, a la vez que vamos renovando la flota por una más eficiente y sostenible” y argumentó que “debemos de tener en cuenta que el Ayuntamiento destina anualmente más de 13 millones al transporte urbano de pasajeros, la segunda partida presupuestaria en importancia, solo por detrás de la destinada a la limpieza viaria y la recogida de residuos sólidos”.
El circuito de la línea 920 hace la ruta Intercambiador, avenida José Manuel Guimerá, avenida San Sebastián, avenida Bravo Murillo, Plaza España, calle La Marina, Rambla Santa Cruz, avenida Asuncionistas, Reyes Católicos, avenida Benito Pérez Armas, avenida Tres de Mayo e Intercambiador.
Por su parte, la concejala de Movilidad, Evelyn Alonso, explicó que las pruebas que comienzan esta semana “son el paso previo a la puesta en marcha de estas guaguas que son 100% eléctricas mejorando el balance energético dentro de la flota, fomentando así la actividad de cero emisiones y la mejora de la accesibilidad del sistema”.
“La sostenibilidad, la seguridad y el amplio espacio que ofrecen estas guaguas eléctricas, que son estéticamente atractivas, incentivan a los ciudadanos a utilizar el transporte público, porque con ellas llegan a sus destinos de una forma ecológica, cómoda y silenciosa”, añadió Alonso.