Patrimonio Histórico Portuario XV

Edificio de la autoridad portuaria de Santa Cruz de Tenerife

 

La Junta de Obras del Puerto, constituida en el Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife el 29 de noviembre de 1907, instalaría su primera oficina en un pequeño local de la calle la Rosa 3, esquina Santa Rosalía, desde donde comenzarían a recopilar datos de los cuatro siglos de existencia del Puerto.

Con el fin de buscar mayor amplitud y estar cerca de las instalaciones portuarias, al año siguiente se trasladaron a la calle La Marina 12, donde permanecería hasta el 19 de noviembre de 1959, fecha en la que se inauguró el actual edificio de la avenida Francisco La Roche 49.

El inmueble, proyectado por el arquitecto tinerfeño José Enrique Marrero Regalado, aunque firmado por el Ingeniero Director de la Entidad, Miguel Pintor González, consta de un edificio de 806,25 metros cuadrados, con 37,50 m de frente y 21,50 m de fondo.

Las obras, adjudicadas a Pedro Elejabeitia, Contratas, S.A., comenzaron en 1953 y finalizaron en 1959. En su ejecución se utilizó hormigón armado, tanto en la cimentación como en la estructura. Todo su interior estaba elaborado con materiales de buena calidad, en especial los pavimentos y zócalos de mármol, la madera empleada en puertas, zócalos y techos, etc. De todo este conjunto destacaban las baldosas que conformaban el gran patio central, de mármol Rojo Alicante, con veteado blanquecino. La mayoría de estos materiales serían sustituidos en la reforma realizada a principios del s.XX.

El edificio

La construcción rompe los moldes clasicistas, al conformar las últimas influencias de una nueva arquitectura oficial, estilísticamente elegante e impactante. Su amplia fachada, repleta de elementos rotundos, equilibrados con la apertura de grandes vanos donde el tratamiento espacial resulta impecable, logra un edificio totalmente diáfano al emplear  cantidad de recursos lumínicos.

La fachada está revestida con piedra natural de Granadilla, piedra artificial y pintura a la cal blanca, rompiendo de esta manera la monotonía cromática.

Para darle más realce al edificio, la entrada a la Institución se situó a un nivel superior al de la Avenida de Anaga, pudiendo realizar su acceso a través de la escalinata frontal o dos rampas laterales.

En la primera planta destaca una galería porticada, formada por siete arcos de medio punto, estando el central inscrito en dos pilastras y rematado en un frontón con cornisa en resalte quebrada. A ambos lados encontramos dos ventanas adinteladas y enmarcadas con guardapolvos en resalte.

La segunda planta, con reminiscencias neoclásicas, está compuesta por tres huecos adintelados con cornisa en resalte, siendo el central una puerta que da acceso al balcón, rematado con un frontón triangular, cuyo tímpano se encuentra flanqueado por sendos jarrones con relieve. En las dos unidades laterales aparecen dos ventanales apoyados en ménsulas y rematados con frontones curvos. Sobre estos se abren otros dos vanos, en cuyo centro aparece una gran ménsula que, en forma de cornisa, apoya el remate del edificio.

En el piso superior se encuentra una galería que soporta la cubierta con columnas pareadas de orden toscano, con sus elementos clásicos de basamento y capitel. El frontis principal lo remata un entablamento decorado con rosetas pareadas, donde destaca la fina cornisa quebrada que rodea el conjunto y enmarca en su centro el escudo de Obras Públicas.

El interior

El edificio consta de tres plantas y semisótano. El acceso a los distintos pisos se realiza por una escalera imperial de granito, con pasamano de mármol, en cuyo primer rellano tiene una vidriera emplomada con el emblema de Obras Públicas.

El vestíbulo de la planta baja, de 10.5 m por 6.5 m, estaba formado por un gran patio central, iluminado por un lucernario, o cubierta de cristal decorada con rosetas, que le proporcionaba luminosidad y belleza. El suelo estaba pavimentado con piezas de mármol Rojo Alicante, con veteado blanquecino, de 0,60 x 0,60. Todos estos elementos fueron sustituidos en las obras de restauración llevadas a cabo a principios del s.XX.

Actualmente, tanto en esta planta baja como en la primera, se encuentran los despachos de los ingenieros, delineantes, secretaría, etc. La segunda planta acoge los despachos de presidencia y del ingeniero director de la Autoridad Portuaria, situados en las dos unidades laterales del edificio. Aunque ambos despachos tienen comunicación interior, también se comunican a través de la galería exterior que soporta la cubierta. En medio de los citados despachos se encuentra el salón de actos, al que se accede por una pasarela elevada, construida sobre el antiguo patio de luces.

El semisótano, que en principio estaba destinado a ensayos físico-químicos, laboratorio y archivos, en la actualidad conforma el archivo y biblioteca de la Entidad. Para darle más luminosidad a los citados espacios, a principios de este siglo se construyó un patio inglés en la parte trasera del edificio.

En su entorno, aprovechando el solar de 9.360 metros cuadrados, la Junta de Obras del Puerto encargó al arquitecto Luís Cabrera que levantara tres bloques de viviendas para los funcionarios de la Entidad, dotados de locales comerciales y aparcamiento. Las citadas viviendas contrastan con la sede oficial, al haber simplificado la volumetría y desterrado la ornamentación.