Tino

En general se debería reducir la velocidad de los vehículos en toda la ciudad. Efectivamente, las grandes arterias de la ciudad se toman como una continuación de la autopista. En la rambla y en Benito Pérez Armas, por poner dos ejemplos, los vehículos van lanzados a más de 50 km/h, que ya de por sí es una velocidad excesiva para un entorno urbano. Por otro lado, la limitación de la velocidad a 30 km/h por obligación de una norma estatal en calles de un sentido de circulación o de un carril en cada sentido, no ha pasado de la mera colocación de señales que nadie respeta. Seguimos igual que antes. No se ha hecho nada para que esta limitación se respete. Además de radares y vigilancia policial, se pueden implementar muchas medidas urbanísticas para garantizar una pacificación del tráfico real (badenes, estrechamiento de carriles de tráfico aprovechando de paso para ampliar aceras, creación de pequeños giros en calles largas mediante colocación de bolardos, jardineras,...).

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