En general se debería reducir la velocidad de los vehículos en toda la ciudad. Efectivamente, las grandes arterias de la ciudad se toman como una continuación de la autopista. En la rambla y en Benito Pérez Armas, por poner dos ejemplos, los vehículos van lanzados a más de 50 km/h, que ya de por sí es una velocidad excesiva para un entorno urbano. Por otro lado, la limitación de la velocidad a 30 km/h por obligación de una norma estatal en calles de un sentido de circulación o de un carril en cada sentido, no ha pasado de la mera colocación de señales que nadie respeta. Seguimos igual que antes. No se ha hecho nada para que esta limitación se respete. Además de radares y vigilancia policial, se pueden implementar muchas medidas urbanísticas para garantizar una pacificación del tráfico real (badenes, estrechamiento de carriles de tráfico aprovechando de paso para ampliar aceras, creación de pequeños giros en calles largas mediante colocación de bolardos, jardineras,...).
Se debería reducir la velocidad del tráfico a 20km/h en zonas escolares. En especial en las zonas situadas en la Rambla Santa Cruz, actualmente considerada por la población como una prolongación de la autopista. En esta zona la salida de 3 colegios se realiza directamente a una vía con vehículos circulando a más de 50 km/h y una acera de 1 metro de anchura. La modificación del límite de velocidad en estas zonas aumentaría la seguridad incrementando sólo en algunos segundos el trayecto. E igualmente importante, conseguiría la pacificación del tráfico necesaria para desarrollar la actividad educativa.
La aprobación de la nueva Ordenanza de Movilidad y Seguridad Vial del municipio debería tener el reto es conseguir revertir una serie de inercias y comenzar a apostar decidida y urgentemente por un modo de movilidad y una planificación de nuestra ciudad que permitan que consigamos satisfacer las necesidades de las personas de otra manera y, aunque principalmente hablamos de movilidad, esta tiene que ver también con la mejora de la calidad de vida de todas las personas en los espacios urbanos, consiguiendo no sólo ciudades para pasar, sino para estar, disfrutar y vivir.
En el barrio Salamanca, en las calles Primo de Ribera, Calvo Sotelo, Matilde Martin, son muy estrechas para aparcar en los dos lados de la calle. Cada día se ven espejos retrovisores rotos . Éste año han habido dos incendios y los camiones de bomberos no pueden acceder a las calles, teniendo que parar en la calle Salamanca y extender tramos de manguera para poder llevar el agua para sofocar el incendio... Sólo se debería permitir el estacionamiento en un lado de la calle
Se podría solicitar, o que coloquen badenes o, en su caso, bandas para que los coches aminoren la velocidad en la Calle de José Crosa, en García Escámez, ya que no es la primera vez o que algún vehículo pasa a gran velocidad y choca con los vehículos restantes ahí aparcados o quedan a punto de atropellar a alguien en los pasos de peatones, ya que es una calle tranquila, pero en la que viven muchos niños y personas mayores. Si se pudiera hacer una valoración de este caso tan urgente estaría agradecido. Un saludo
No limitar a determinadas calles o vías a VMP o bicicletas. Pero sí debiera habilitarse una vía propia para éstos y peatones entre San Andrés y Acorán.
Mejorar la circulación, mejorando la fluidez del tráfico a “velocidades permitidas”. Se puede conseguir mediante la sincronización de los semáforos de manera que, en vías largas que cruzan la ciudad o entre ésta y San Andrés, al salir de un semáforo si se circula dentro de la velocidad permitida, a punto de llegar al siguiente semáforo, éste se ponga en verde con antelación para que también los vehículos que estuviesen detenidos hayan empezado la marcha y tratar de evitar el arrancar y parar. Es decir, si se circulase más rápido de la velocidad permitida habría que detenerse en el siguiente semáforo, pero si no, cuando se está llegando al siguiente éste ya se encuentra en verde y no habrían coches aún detenidos. Al mismo tiempo, la duración de los semáforos en verde debiera permitir que los vehículos más lentos, como una bicicleta o un VMP con velocidad máxima (técnica) de 20km/h también tengan tiempo de pasar todos los semáforos en verde de extremo a extremo de la vía.
La sincronización con el tranvía debiera permitir la aplicación de ésta medida para la fluidez del tráfico. La aplicación de esta medida es buena para todos los usuarios, no tendría ningún coste adicional, sólo la correcta sincronización de los semáforos. También es buena en lo relativo al medio ambiente pues se reduce la polución provocada por los motores a combustión en ralentí o el polvo que se produce en las frenadas. Por lo tanto, se reduce la contaminación, ruidos, tiempos de desplazamiento, averías mecánicas por los continuos cambios de marchas y consumo de frenos...
Dar prioridad de paso a las vías principales de circulación para evitar retenciones y accidentes por incongruencias entre el sentido común y la señalización.
En general se debería reducir la velocidad de los vehículos en toda la ciudad. Efectivamente, las grandes arterias de la ciudad se toman como una continuación de la autopista. En la rambla y en Benito Pérez Armas, por poner dos ejemplos, los vehículos van lanzados a más de 50 km/h, que ya de por sí es una velocidad excesiva para un entorno urbano. Por otro lado, la limitación de la velocidad a 30 km/h por obligación de una norma estatal en calles de un sentido de circulación o de un carril en cada sentido, no ha pasado de la mera colocación de señales que nadie respeta. Seguimos igual que antes. No se ha hecho nada para que esta limitación se respete. Además de radares y vigilancia policial, se pueden implementar muchas medidas urbanísticas para garantizar una pacificación del tráfico real (badenes, estrechamiento de carriles de tráfico aprovechando de paso para ampliar aceras, creación de pequeños giros en calles largas mediante colocación de bolardos, jardineras,...).
Se debería reducir la velocidad del tráfico a 20km/h en zonas escolares. En especial en las zonas situadas en la Rambla Santa Cruz, actualmente considerada por la población como una prolongación de la autopista. En esta zona la salida de 3 colegios se realiza directamente a una vía con vehículos circulando a más de 50 km/h y una acera de 1 metro de anchura. La modificación del límite de velocidad en estas zonas aumentaría la seguridad incrementando sólo en algunos segundos el trayecto. E igualmente importante, conseguiría la pacificación del tráfico necesaria para desarrollar la actividad educativa.
La aprobación de la nueva Ordenanza de Movilidad y Seguridad Vial del municipio debería tener el reto es conseguir revertir una serie de inercias y comenzar a apostar decidida y urgentemente por un modo de movilidad y una planificación de nuestra ciudad que permitan que consigamos satisfacer las necesidades de las personas de otra manera y, aunque principalmente hablamos de movilidad, esta tiene que ver también con la mejora de la calidad de vida de todas las personas en los espacios urbanos, consiguiendo no sólo ciudades para pasar, sino para estar, disfrutar y vivir.
Disponer de lugares aptos para estacionar bicicletas y VMP que eviten su robo o daños por vandalismo.
En el barrio Salamanca, en las calles Primo de Ribera, Calvo Sotelo, Matilde Martin, son muy estrechas para aparcar en los dos lados de la calle. Cada día se ven espejos retrovisores rotos . Éste año han habido dos incendios y los camiones de bomberos no pueden acceder a las calles, teniendo que parar en la calle Salamanca y extender tramos de manguera para poder llevar el agua para sofocar el incendio... Sólo se debería permitir el estacionamiento en un lado de la calle
Estas medidas también debieran ser coordinadas con los municipios de San Cristobal de La Laguna y El Rosario.
Se podría solicitar, o que coloquen badenes o, en su caso, bandas para que los coches aminoren la velocidad en la Calle de José Crosa, en García Escámez, ya que no es la primera vez o que algún vehículo pasa a gran velocidad y choca con los vehículos restantes ahí aparcados o quedan a punto de atropellar a alguien en los pasos de peatones, ya que es una calle tranquila, pero en la que viven muchos niños y personas mayores. Si se pudiera hacer una valoración de este caso tan urgente estaría agradecido. Un saludo
Crear una vía desde Acorán hasta el parque marítimo apto para peatones, bicicletas y VMP.
No limitar a determinadas calles o vías a VMP o bicicletas. Pero sí debiera habilitarse una vía propia para éstos y peatones entre San Andrés y Acorán.
Mejorar la circulación, mejorando la fluidez del tráfico a “velocidades permitidas”. Se puede conseguir mediante la sincronización de los semáforos de manera que, en vías largas que cruzan la ciudad o entre ésta y San Andrés, al salir de un semáforo si se circula dentro de la velocidad permitida, a punto de llegar al siguiente semáforo, éste se ponga en verde con antelación para que también los vehículos que estuviesen detenidos hayan empezado la marcha y tratar de evitar el arrancar y parar. Es decir, si se circulase más rápido de la velocidad permitida habría que detenerse en el siguiente semáforo, pero si no, cuando se está llegando al siguiente éste ya se encuentra en verde y no habrían coches aún detenidos. Al mismo tiempo, la duración de los semáforos en verde debiera permitir que los vehículos más lentos, como una bicicleta o un VMP con velocidad máxima (técnica) de 20km/h también tengan tiempo de pasar todos los semáforos en verde de extremo a extremo de la vía.
La sincronización con el tranvía debiera permitir la aplicación de ésta medida para la fluidez del tráfico. La aplicación de esta medida es buena para todos los usuarios, no tendría ningún coste adicional, sólo la correcta sincronización de los semáforos. También es buena en lo relativo al medio ambiente pues se reduce la polución provocada por los motores a combustión en ralentí o el polvo que se produce en las frenadas. Por lo tanto, se reduce la contaminación, ruidos, tiempos de desplazamiento, averías mecánicas por los continuos cambios de marchas y consumo de frenos...
Dar prioridad de paso a las vías principales de circulación para evitar retenciones y accidentes por incongruencias entre el sentido común y la señalización.