El Ayuntamiento deroga las restricciones del uso del agua para actividades no esenciales

Las medidas se implantaron en agosto, a raíz del incendio forestal que asoló la isla, y que buscaban garantizar el suministro de agua a todo el municipio, y concretamente al Suroeste, que se vio afectado por la rotura de dos canales.

El Ayuntamiento de Santa Cruz, a través del área de Servicios Públicos, que dirige Carlos Tarife, ha puesto fin este miércoles a las medidas establecidas el pasado mes de agosto, ante la necesidad ahorrar agua, a raíz del incendio forestal que afectó a la isla de Tenerife, y que ocasionó daños en los canales Río Portezuelo y Trasvase Los Dornajos Baldíos (Aguamansa), que afectaban de manera directa al suministro del distrito Suroeste.

Carlos Tarife recuerda que “las medidas, tal y como anunciamos en su momento, se derogan hoy, tras un largo período de trabajo, y tras garantizar el suministro de agua potable, y con normalidad, a toda la población del municipio”, a la vez que reconoce “la solidaridad y el esfuerzo realizado por todos los vecinos durante este tiempo. Momentos complicados para todos de los que, sin duda, hemos salido reforzados”. 

Hasta hoy estaba prohibido en todo el municipio, y concretamente, en el distrito Suroeste, el llenado de piscinas públicas y privadas, la limpieza de vehículos en servicios de auto lavado y en domicilios, los baldeos de agua en patios y azoteas, y cualquier otra actividad no esencial que dificultara el abastecimiento de agua a toda la población.

Cabe recordar que, durante el incendio, EMMASA ejecutó una obra de urgencia que evitó realizar cortes de agua en el Suroeste del municipio, que consistió en conectar el sistema de suministro que procede de la desaladora de la capital con el de este distrito, mediante la colocación de dos tuberías de 2,5 kilómetros de longitud que llevan el agua desde Las Moraditas hasta el Suroeste, a través de la TF-2.

El área de Servicios Públicos aportó cinco cubas de agua para llenar los depósitos del Observatorio de Izaña, lugar desde donde los helicópteros que se encargaban de las labores de extinción del fuego cargaban agua, y una cuba al centro penitenciario Tenerife II, recinto que también se vio afectado por el incendio.