Pedro de San José de Betancurt (Vilaflor, Tenerife, 1626 – Guatemala, 1667)

En su juventud vivió como pastor y ermitaño en la cueva que aun se conserva en un paraje próximo a El Médano, hoy convertida en Ermita-Santuario de peregrinación de sus devotos.

A los 23 años embarcó rumbo a Cuba, donde trabajaría como tejedor. Dos años más tarde viajaría a Guatemala, ingresando en un hospital al encontrarse enfermo.

En esta ciudad se hospedaría en casa de un pariente lejano, el capitán Antonio Lorenzo de Betancurt, mientras trabajaba en una fábrica de paños, realizaba visitas a los hospitales para socorrer a los necesitados y estudiaba latín, cosa que no se le daba bien.

Cuando tenía 30 años, cuenta que la Virgen del Socorro le iluminó para que ingresara en la Orden Franciscana, donde como Lego cada día tenía que arreglar la ermita del Calvario, situada en los extramuros de la ciudad, los sábados salía por los barrios rezando el rosario de forma cantada, lo que daría lugar a que la gente acudiera en masa, y mensualmente tenía que bajar a la ciudad para recorrer los hospitales y pedir limosna casa por casa; la propietaria de una de las viviendas que solía visitar, llamada María Esquivel, le dejó en testamento su casa a cambio de que le pagase el entierro y le ofreciera misas por su alma.

Aquella residencia la transformaría el Hermano Pedro en oratorio, escuela por el día, albergue por las noches, enfermería, así como posada para sacerdotes y estudiantes de escasos recursos. Años más tarde lograría comprar el solar contiguo, levantando la Casa de Belén.

En 1663 le solicitaría autorización al rey Felipe IV para poder abrir en este lugar (Casa de Belén) la primera Orden religiosa del Nuevo Mundo, con otros seis hermanos.  

Murió a la edad de 41 años y sus restos descansan en la Iglesia de San Francisco el Grande de Guatemala.

En 1710, el papa Clemente XI aprobaría la Hospitalaria Orden Betlemita, primer hospital para convalecientes en el Mundo, que rápidamente se extendería por Centroamérica.

El Hermano Pedro sería declarado Venerable en 1771 y Beato en 1980. El 30 de julio de 2002 fue Canonizado por el Papa Juan Pablo II, en Guatemala.

El Hermano Pedro, está considerado el evangelizador de Guatemala y el primer y único Santo de las Islas Canarias y de Centroamérica.