El ancla del buque de Nelson se reubica tras su restauración

Este vestigio histórico, perteneciente al 'HMS Theseus', luce ahora en un nuevo emplazamiento en los jardines de la rambla de Santa Cruz

El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha reubicado el ancla del 'HMS Theseus', el buque con el que Horacio Nelson intentó invadir la ciudad en 1797, en los jardines situados frente a la sede de la Comandancia de Marina. La Autoridad Portuaria se encargó de los trabajos necesarios para la rehabilitación de esta histórica pieza, que el buque inglés se vio obligada a abandonar para escapar del fuego de las tropas que defendían Santa Cruz.

El alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, estuvo en el acto junto a la segunda teniente de alcalde y concejala de Participación Ciudadana, Marisa Zamora; el quinto teniente de alcalde y concejal de Cultura, José Carlos Acha; el presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Melchior; el presidente de la Tertulia de Amigos del 25 de Julio, José Manuel Ledesma; así como otras autoridades civiles y militares.

Los recreadores de la Gesta del 25 de Julio, ataviados con los uniformes de los ejércitos español y británico de la época, desfilaron y formaron en el inicio de la rambla de Santa Cruz justo antes del descubrimiento de la placa que certifica que el ancla pertenece al 'HSM Theseus' que capitaneaba Horacio Nelson.

Bermúdez incidió en que la recuperación del buque insignia del contralmirante Nelson "es uno de los símbolos más importantes de entre todos los que tenemos de la Gesta del 25 de Julio y, como tal, es conveniente dignificarlo y divulgarlo para que todo el mundo pueda conocer por qué está el ancla aquí y lo que significa".

El 'HMS Theseus' se encontraba fondeado en la rada de Santa Cruz cuando se vio obligado a huir para no ser hundido. Tal y como atestiguan varios documentos de la época, entre los que figura el propio diario del navío, la tripulación de la embarcación inglesa cortó el cable que sujetaba el ancla para alejarse de una manera más rápida del fuego que llegaba desde las baterías de tierra.

Hace medio siglo, durante los trabajos de construcción del Muelle de Ribera, el ancla fue hallada e izada a tierra después de haber permanecido perdida en el mar durante 170 años. Con 1.985 kilogramos de peso, se encuentra en perfecto estado de conservación una vez que el pasado mes de junio fue retirada de su anterior emplazamiento para subsanar los desperfectos que el paso del tiempo había provocado en el cepo de madera.

Ahora, gracias a la labor de restauración efectuada por la Autoridad Portuaria, descansa nuevamente sobre una base de adoquines que proceden del antiguo Muelle Sur de la capital para que pueda ser admirada por los vecinos de la ciudad y los turistas que la visitan.