El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a través del área de Juventud, colabora en las iniciativas sociales de los jóvenes a través del programa 'Iníciate', que acaba de clausurar su segunda edición impulsada por la Fundación Insular para la Formación, el Empleo y el Desarrollo Empresarial (Fifede), entidad dependiente del Cabildo de Tenerife.

Este novedoso proyecto que permite que los jóvenes de Santa Cruz de Tenerife, El Rosario y Candelaria puedan diseñar, planificar y ejecutar iniciativas que mejoren sus municipios. 'Iníciate' es un proyecto que forma parte del Marco Estratégico de Desarrollo Insular (Medi) del Cabildo y cuenta con la cofinanciación del Fondo de Desarrollo de Canarias (Fdcan).

La concejala Verónica Meseguer destaca que "cuando los proyectos los generan los propios jóvenes las cosas funcionan, ya que son capaces de generar proyectos por el bien común, y las administraciones tenemos que confiar en ellos para darles sus oportunidades para que desarrollen todo su potencial”.

El consejero de Empleo del Cabildo, Leo Benjumea, destaca que uno de los colectivos que más dificultades tiene para encontrar un empleo de calidad "son los jóvenes, por lo que hemos puesto en marcha varias acciones destinadas a personas que buscan una oportunidad laboral”.

En este sentido, el consejero resalta que ‘Iníciate’ es “una magnífica oportunidad para que los jóvenes puedan utilizar los conocimientos adquiridos en la universidad, centros de formación profesional o institutos con una experiencia en la vida real”.

Los jóvenes que formaron parte de Iníciate confeccionaron tres equipos, uno en cada uno de los municipios participantes, en donde desarrollaron sus iniciativas. El equipo de Santa Cruz de Tenerife organizó ‘Rurbano’, una acción diseñada con el objetivo de conectar el campo con el barrio. La finalidad de esta feria es crear espacios comunitarios dentro del vecindario, fomentando las acciones cooperativas que se desarrollan en los barrios.

El público objetivo de esta iniciativa, que sus promotores esperan que tengan continuidad, son jóvenes de entre 15 y 30 años, ya que existe un nicho de mercado no cubierto en este rango de esta edad, dado que la oferta de actividades de educación ambiental está dirigida, mayoritariamente, al público infantil.