El pasado jueves anunciamos el despliegue, desde esa misma noche, de 300 nuevos contenedores de residuos en el municipio, recipientes destinados al depósito de papel cartón, envases ligeros y la denominada fracción resto para garantizar la reposición y ampliación de los ya existentes en todos aquellos lugares que corresponda.
Con la instalación de los nuevos contenedores el Ayuntamiento cierra un ciclo iniciado en abril de 2006, cuando entró en vigor el contrato del servicio de limpieza viaria y recogida de residuos urbanos y afines, que ha incluido varios años de prórroga. Desde esa fecha se han instalado en las calles de Santa Cruz un total de 6.027 contenedores de residuos, lo que ha supuesto una inversión global de cuatro millones de euros.
Queremos una ciudad cada día más limpia, más respetuosa con el medio ambiente y más concienciada con las tres erres que definen lo que, hoy en día, debe ser una correcta gestión de residuos: reducción, reutilización y reciclaje.
Por tanto, este paso que hemos dado abarca solo uno de los diversos aspectos que confluyen en la materia y que implica de manera transversal a la práctica totalidad de áreas municipales, ya sea de puertas afuera como a nivel interno.
La educación, la sensibilización, las políticas incentivadoras para una correcta gestión ambiental, la reducción de emisiones contaminantes o la promoción de hábitos y actitudes individuales y colectivas pertinentes con el desarrollo sostenible, son algunas de las acciones que estamos ejecutando en Santa Cruz para alcanzar los objetivos a los que me referí anteriormente.
Pero con respecto a la gestión de los residuos, en concreto, he dicho en alguna ocasión que no es más limpia la ciudad que más limpia, sino la que menos ensucia. Y para seguir avanzando necesitamos poner a disposición de los vecinos las herramientas precisas para proceder a una separación en origen –con los contenedores de los distintos colores- pero también insistir en las campañas de concienciación social.
Precisamente, el viernes entregamos los premios de un concurso escolar convocado por el Ayuntamiento, “R que R”, cuyo objetivo era impulsar entre distintos centros educativos de Primaria del municipio el reciclaje.
En ese momento y, a cuenta de las tres erres, añadí una nueva, que para mí tiene enorme importancia: la erre de responsabilidad. Una responsabilidad con el medio ambiente que los niños, a pesar de su corta edad, tienen perfectamente interiorizada. Tanto que muchas veces somos los adultos quienes debemos aprender de ellos e imitar hábitos que ya tienen asumidos.
Para mí constituye una alegría poder comprobar cómo los más pequeños hacen su trabajo y cuidan su medio ambiente. Porque eso quiere decir que, aunque aún haya mucha tarea por delante, podemos mirar el futuro confiados en que su buen ejemplo cundirá y se generalizará a todos los niveles.
Quiero agradecer a la Consejería de Educación, a la comunidad educativa de los colegios participantes y a las empresas patrocinadoras su apoyo a esta iniciativa municipal e invitar a todos los centros del municipio a trabajar en la misma dirección.
José Manuel Bermúdez Esparza
