Santa Cruz atendió a 928 posibles casos de niños, niñas y adolescentes en riesgo

El Negociado de Infancia y Familia del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS), auténticos mediadores de las familias, ha intervenido desde el año 2023 hasta mediados de enero de este mismo año en todo este número de casos, para comprobar los grados de protección y desprotección en el entorno familiar.

El Ayuntamiento de Santa Cruz, a través del área del Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) y con la intervención del Equipo de Infancia y Familia, ha intervenido desde 2023 hasta enero de este mismo año en un total de 928 posibles casos de niños, niñas y adolescentes en riesgo, comunicaciones que les han llegado a través de colegios, familiares, centros de salud, hospitales, Fiscalía de Menores o la Dirección General de Protección de la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias, entre otras fuentes de esa alerta, que pone en marcha a los equipos del IMAS para valorar si es precisa su intervención.

Charín González, concejala del área de Políticas Sociales, pone en valor las actuaciones del equipo de Infancia y Familia y cuantifica, a 17 de enero, que “iniciamos el año 2023 con 524 casos que nos han comunicado desde diferentes instancias, en los distritos en los que actuamos, de tal manera que en los casos de las diligencias previas (inicio del contacto con el entorno familiar) se han producido 20 en Anaga; 48 en Añaza; 71 en Barranco Grande; 40 en Centro-Ifara; 56 en Los Gladiolos; 71 en Ofra, y 77 en Salud-La Salle” y resume aludiendo a que “en total, y en este apartado específico, estamos interviniendo en 383 casos”.

“Con respecto a la actuación de menores con expedientes incoados -cuantifica González-, de la misma manera han sido 1 en Anaga; 4 en Añaza; 18 en Barranco Grande; 10 en Centro-Ifara; 9 en Los Galdiolos; 13 en Ofra, y 5 en Salud-La Salle; en definitiva, 60 en total” y avanza que “en el caso de menores ya declarados en situación de riesgo, se ha intervenido en 6 en Anaga; 7 en Añaza; 26 en Barranco Grande; 1 en Centro-Ifara; 4 en Los Gladiolos; 24 en Ofra, y 13 en Salud-La Salle, que supone un total de 81 niños, niñas y adolescentes  en esta situación, con quienes ya se trabaja con su entorno y con ellos mismos”.

Desde el equipo de Infancia y Familia explican que “las comunicaciones normalmente entran por Registro” y añaden que “también desde el correo ,  que está destinado al público en general, donde a través de ahí también se pueden realizar comunicaciones que nos llegan y que se investigan, bien por el equipo de Infancia y Familia o bien por el personal de las siete Unidades de Trabajo Social (UTS) que existen en el municipio de Santa Cruz de Tenerife”.

Desde el momento en que se reciben las comunicaciones sobre un posible caso de un/a menor en riesgo “desde los equipos del IMAS, lo primero que se hace es mirar qué antecedentes tiene, si los hubiera, su ficha social, que es toda la información que disponemos de la familia que hemos atendido, y se lo pasamos al equipo que tenemos en la zona, compuesto por  trabajadora social, psicóloga y educadora” y desde ese momento, afirman desde el negociado de Infancia y Familia, “se valora en qué grado está el menor, que se evalúa en 1, 2 y 3”.

“El grado 1 -detallan desde el negociado- es aquel en el que tenemos que dejar lo que estamos haciendo y salir corriendo porque existe un riesgo muy severo” y complementan los otros niveles añadiendo que “en el segundo grado, se inicia un expediente en el que se detallan las cuestiones con las que hay que trabajar en el seno de la familia y con el niño, niña o adolescente  en cuestión, y en el tercer grado, directamente se lo derivamos a la UTS de zona, al considerarse que no es algo grave”.

Para terminar, es importante delimitar y destacar que este servicio del IMAS se trata de un conjunto de actuaciones de carácter profesional que se desarrollan cuando no está suficientemente garantizada la atención a las personas menores en su entorno familiar o existir situaciones de riesgo. Por ello tiene por objeto fomentar en todos los miembros de la familia la adquisición de habilidades básicas y hábitos de conducta necesarios para superar la situación de crisis, riesgo o vulnerabilidad que ha dado origen a la intervención.

En definitiva, el objetivo es apoyar al sistema familiar para disminuir los indicadores de riesgo detectados y fomentar los protectores, asegurando así una atención adecuada de las personas menores, cubriendo sus necesidades físicas, emocionales, cognitivas y sociales. Por ello es un objetivo principal dotar a los padres, madre, tutores, tutoras, guardadores y guardadoras de estrategias y herramientas suficientes para adquirir y mejorar sus habilidades parentales.

Se hace así imprescindible favorecer que las personas menores adquieran habilidades que puedan potenciar su autoprotección; reforzarles y establecer las redes y sistemas normalizados de apoyo hacia la familia; contribuir a la preservación familiar, a través del  acompañamiento, seguimiento y supervisión de la situación de los niños, niñas y adolescentes; reforzar y apoyar el mantenimiento de los logros de la intervención realizada, tales como prevenir el empeoramiento de una situación moderada o bien apoyar el proceso de emancipación de las personas jóvenes que salen del sistema de protección.

Para finalizar, la concejala del área de Acción Social, Charín González, explica que “hay que tener en cuenta que Santa Cruz es una Ciudad Amiga de la Infancia, por lo que en todos los aspectos debemos siempre estar muy pendientes de la salud, a todos los niveles de nuestras niñas, niños y adolescentes” y recordó que “aun así, somos conscientes de que, aunque se han implementado los equipos con más personal, necesitamos aumentar el número de personas para alcanzar unos ratios más adecuados”.