El primer tramo de esta calle se vio ennoblecido a partir de 1787 con la construcción de la Alameda del Muelle, costeada por las personas distinguidas de esta Villa. En 1820 se ensancharía y empedraría, desde la plaza de la Pila hasta el comienzo de la Marina Alta, frente al castillo de San Pedro, continuando en 1860 hasta la Cruz de San Agustín, cuando se niveló para poder instalar las vías férreas por donde discurrían los vagones cargados de piedras extraídas de la montaña de San Pedro, con la que comenzó a construirse el muelle Sur.

En 1905 se denominaría Eduardo Cobián, primer miembro del Gobierno de la Nación que arribó a estas Islas para preparar la visita que Alfonso XIII realizaría al año siguiente.

En 1931, recibiría el nombre de Capitán García Hernández, militar español que encabezó la sublevación de Jaca, siendo ejecutado el 14 de diciembre de 1930, hecho que despertó un sentimiento antimonárquico que precipitó la llegada de la 2ª República, cuatro meses después.

En 1936, la Comisión Gestora Municipal acordó devolverle su primitivo nombre –La Marina-, ya que los anteriores no habían tenido arraigo popular.

En esta calle levantaron sus viviendas “altas y sobradas” varias  familias de comerciantes, consignatarios de buques y cónsules de distintos países, residieron personas ilustres que le dieron categoría y lustre al barrio, y se establecieron las oficinas de Correos (1900), el Teatro Viejo (1835), el Gobierno Civil, la Capitanía General, la Cárcel Vieja (1766), el Hospicio de San Agustín, del que sólo sobrevive la Cruz de su nombre, etc.  También se colocó la Fuente de Isabel II (1845).

Lo que hasta la primera mitad del x.XX constituyó la primera fachada marítima de Santa Cruz, formando una balconada con vistas a las playas de Ruiz, la Peñita, San Antonio y los Melones, hoy se encuentra encajonada por altos edificios.

Qué ironía, se llama La Marina, pero la mayoría de sus vecinos no ven el mar.